viernes, 31 de octubre de 2008

Monografia de "El boom de los 60"


















Indice
Introducción……………………………………………………….2-3

1. Literatura de la década de 1960……………………………………..4

2. Revistas de 1960………………………………………………………5

3. Mercado editorial de 1960……………………………………………6

4. Televisión de 1960…………………………………………………….7

5. Teatro de 1960…………………………………………………………8

6. Cine de 1960…………………………………………………………...9

7. Radio Argentina de 1960……………………………………………..10

8. Música de la década de 1960………………………………………...10

9. Pop Art y otros movimientos………………………………………….11

10. Escultura y pintura latinoamericanas………………………………12

11. Conclusiones………………………………………………………….13

12. Bibliografía……………………………………………………………..14



“El Boom de los 60”

La década de 1960 vio surgir una literatura diferente, este fenómeno conocido como el “el boom de los años 60” ha llamado mi atención, razón por la cual he decidido hacer una investigación acerca de los ámbitos y sucesos que posibilitaron el nacimiento de este tipo de literatura y las características de la misma. Esto, con el objeto de tener una visión panorámica del tema y a la vez indagar con mayor profundidad acerca de la música, el teatro y los medios masivos de información, tales como revistas y diarios, radios y programas de televisión latinoamericanos y en especial argentinos de los ´60.
Una de las características tanto de la década del 50 como la del 60 es la aparición de movimientos de protesta a nivel mundial que cuestionaban el orden social y político evidente. En America Latina, sucesos como la dictadura militar de Fulgencio Batista en 1952 en Cuba, la de Rojas Pinilla en 1953 en Colombia, la de Lonardi en 1955 en Argentina, las Revoluciones populares en reclamo por la democracia y las repetidas rebeliones estudiantiles en los diferentes países latinoamericanos jugaron un gran papel en la mente de escritores y lectores. Otra característica importante es la industrialización en los países desarrollados que trajo aparejado el aumento de la población urbana, y con este se produjeron una serie de cambios que originaron un modelo económico conocido como sociedad de consumo. Éste acompañado por el surgimiento de una cultura de masas difundida por los medios masivos de comunicación e incorporada rápidamente en toda la sociedad contribuyó a un estilo de vida consumista, cuyo modelo fue duramente criticado y con mayor intensidad por los jóvenes. En este contexto surgieron el movimiento hippie y el pop art, opuesto al arte elitista, postulo la búsqueda de valores estéticos en los objetos cotidianos y utilizo técnicas agresivas de la publicidad.
La literatura entonces, tenia ya tenía otra problemática crucial a la cual prestar atención y rendirle homenaje. Las novelas del Boom se distinguen por tener una serie de innovaciones técnicas en la narrativa latinoamericana, desarrollando el “realismo mágico y lo real maravilloso”, e introduciendo técnicas vanguardistas de narración. Escritores como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Guillermo Cabrera Infante, Alejo Carpentier, Julio Cortázar, José Donoso o Carlos Fuentes, son algunos representantes de esta corriente.
Gracias al “Boom”, la narrativa latinoamericana goza hoy del mismo respeto en el mundo de que gozaba nuestra poesía en la que hace tiempo se destacaban las figuras de Rubén Darío, César vallejo, Gabriela Mistral y Pablo Neruda, entre otros.























1. Literatura de la década de 1960

Dentro del campo de la literatura latinoamericana, la década del sesenta configura el marco de una intensa renovación narrativa que, desde el punto de vista editorial y del público, da origen al denominado boom de la literatura latinoamericana. En la Argentina, Buenos Aires es caja de resonancia de tanta efervescencia verbal e ideológica. Las canciones de protesta, los espectáculos “underground”, las exposiciones atrevidas del Instituto Di Tella, centro de experimentación estético y científico, que promueve la investigación en ciencias sociales y la modernización artística y audiovisual, y a la revista Primera Plana que, dirigida por Jacobo Timmerman, acerca la nueva literatura a sectores mayores de público, la posibilidad de que alguna película, algún libro o algún disco atraviese las barreras de la censura, son fenómenos repetidos y formadores de un estado cultural distinto.
A lo largo de la década, se produce un proceso de modernización de las prácticas y las estéticas literarias por la crisis y transformación de las poéticas realistas y la incorporación de técnicas narrativas diferentes, que implican rupturas de orden lineal de la historia, multiplicidad de puntos de vista en el relato, e incorporación de discursos provenientes del psicoanálisis, la sociología, la historieta y el periodismo. Las producciones de los autores del boom de los 60 mostraban un lenguaje nuevo que les permitía narrar las respectivas problemáticas locales y trascender sus fronteras para exigir a sus lectores estar abiertos a nuevas formas de lectura que demandaban mayor compromiso y participación. Ese lenguaje singular, que utilizaban los autores surgía de una revelación privilegiada de la realidad americana, de instalar lo ambiguo o lo absurdo en un entorno conocido o cotidiano, potenciar la desmesura de los personajes y la exuberante naturaleza de America Latina, se trataba de recrear los deslumbrantes artificios verbales del Barroco español para ponerle palabras a una realidad compleja y contradictoria; esta manera de expresarse se conoció con el nombre de Realismo Mágico.
En el Realismo Mágico encontramos precisamente lo real presentado como maravilloso, o bien lo maravilloso presentado como real. Los sucesos más fantásticos no se presentan, como sucedería en el cuento fantástico tradicional, como algo que asombra tanto a personajes como a lectores, sino como parte de la realidad cotidiana. Asimismo también lo real, lo cotidiano, el paseo por la calle, la reunión de amigos o simplemente ponerse un pantalón, pueden tornarse en algo fantástico y maravilloso en la narrativa hispanoamericana. Ambas vertientes de la unión de realidad y fantasía se mezclan en las novelas que en torno a los años cincuenta comienzan a escribirse en América. Otro aspecto destacable del Realismo Mágico es la multiplicidad de narradores con el fin de darle distintos puntos de vista a una misma idea y mayor complejidad al texto. Debido a esta característica muchos son los autores que sintetizan el significado del boom de los 60 diciendo que puede ser definido como una combinación de realismo y fantasía.

2. Revistas de 1960

En noviembre de 1962, se fundo la revista Primera Plana en Argentina.
La aparición de esta revista, publicada semanalmente(los días martes) de la Editorial, Primera Plana SRL, dirigido por Jacobo Timerman y financiado por la empresa IKA, significó un punto de inflexión en el proceso de modernización del periodismo argentino. Primera Plana era mucho más que un semanario político. Era un semanario de temas generales que adoptó un estilo novedoso en nuestro país. Fue un proyecto significativo en el universo de los medios gráficos (más específicamente en los semanarios), pero su influencia afectó al conjunto de los medios masivos nacionales. Constituyó, al mismo tiempo, una expresión del complejo y contradictorio clima cultural de la época, caracterizado por fuertes giros regresivos y ascendentes movimientos revolucionarios. Primera Plana reflejó todas las formas de renovación cultural de los años sesenta. Su nacimiento quedó inscripto, entre otras condiciones estructurales, en el marco de las nuevas inversiones de capitales extranjeros, de la fuerte movilización del mercado publicitario y de la internacionalización de los contenidos y técnicas gráficas. La revista Primera Plana se presentó como un agente de regulación y legitimación de las nuevas prácticas sociales que iban surgiendo junto a la modernización social y cultural. Frente a la prensa tradicional, que en ese momento sostenía relaciones tensas con la industria cultural y sus productos, Primera Plana valoró positivamente la difusión y expansión de los consumos culturales que se estaban produciendo.
Primera Plana privilegiaba a la vanguardia del cine europeo, a la literatura norteamericana y al “boom” de la literatura latinoamericana. Su estilo modernizó el discurso periodístico definiendo una línea editorial característica del periodismo de vanguardia. Utilizó como recursos los titulares creativos, y en las notas se destacó un estilo de escritura con indicios metafóricos, referencias irónicas y narraciones construidas desde la ficción (eran frecuentes los comienzos novelados de algunas notas). Hacia fines de 1964 aparecieron en la revista los primeros artículos sobre marketing, medios y publicidad. Primera Plana determinó la conformación de un nuevo público, y por ende, la modernización del mismo. Abrió una franja nueva de público: los sectores medios que querían recuperar su opinión y participación después de la censura impuesta por el golpe del ‘55. La revista cumplió una función esencial en la educación de los nuevos sectores medios y altos. Los lectores de Primera Plana eran flamantes ejecutivos (sobre todo de empresas multinacionales en expansión) o importantes segmentos de la clase media intelectual. Un público ampliado, con un poder adquisitivo acomodado.

3. Mercado editorial de 1960

En 1955, en correspondencia con el advenimiento de la llamada "Revolución Libertadora", la producción editorial registra una caída importante, equiparable a las cifras de 1940. La censura o la autocensura de los materiales de orientación peronista, abundantes en el periodo precedente, explican el decrecimiento en la cantidad de títulos publicados, compensado en parte por un elevado tiraje promedio. Entre 1960 y 1969 se da el segundo y ultimo periodo favorable para la edición. Sin embargo el índice de producción presenta grandes oscilaciones, tanto en número de títulos como en cantidad de ejemplares o en tiraje promedio. La editorial Sudamericana publica, entre 1963 y 1972, con gran éxito de venta, las creaciones del boom de la literatura latinoamericana. Eudeba, creada en 1958 sobre los lineamientos propuestos por Arnaldo Orfila Reynal, constituye un fenómeno sin precedente por su orientación como editorial universitaria, acorde con la concepción de una universidad que, sin dejar de lado sus funciones tradicionales, entiende que es imperativo volcar la cultura al resto de la sociedad. Hasta 1966, la dirige José Boris Spivakow, fiel intérprete de esa tendencia: ediciones masivas, como el Martín Fierro con ilustraciones de Castagnino o la "Serie del Siglo y Medio", contribuyen al financiamiento de obras de salida más lenta; trabajos de divulgación de nivel universitario (los "Cuadernos de Eudeba" o "Temas") dan cuenta de las nuevas tendencias, fundamentalmente europeas y norteamericanas. Eudeba instala sus puntos de venta en las universidades argentinas y extranjeras, las estaciones del subterráneo e incluso en la calle: se cumple el lema "Libros para todos". En 1966, Spivakow se ve obligado a dejar Eudeba y funda Centro Editor de América Latina, acompañado de muchos de sus antiguos colaboradores. De hecho, es una editorial universitaria que aprovecha la estructura de la Cooperativa de Diarios, Revistas y Afines para distribuir masivamente su producción, en fascículos semanales.


4. Televisión de 1960

Entre tantos nuevos surgimientos el desarrollo de la televisión en Argentina fue uno muy importante. Las primeras emisiones televisivas argentinas se llevaron a cabo en 1951. Durante años, el Canal 7, única emisora, difundió noticieros, programas musicales y de entretenimiento, películas nacionales y extranjeras, encuentros deportivos, y teleteatros que ocupaban buena parte de la franja horaria de transmisión. Junto con la televisión en colores comenzaron a llegar numerosos teleteatros de origen mexicano y venezolano que compitieron con los nacionales y aumento notablemente el número de series norteamericanas policiales, cómicas y de ciencia ficción.




5. Teatro de 1960

Entrando en el ámbito del teatro, hacia 1960 en Argentina un grupo de dramaturgos jóvenes entre los que sobresalían Roberto Cossa, Osvaldo Dragún y Sergio de Cecco, se propuso sacudir la inercia del teatro nacional y devolverle el brillo que había lucido en otras épocas. Para ello acudieron a las fuentes del realismo de Florencio Sánchez, enriquecido con la experiencia del cine neorrealista italiano y el teatro testimonial de algunos autores teatrales contemporáneos. He nombrado anteriormente a Sergio de Cecco como uno de los dramaturgos que sobresalieron en el teatro de la época, de una vida breve y una producción exigua pero de altísima calidad. Sus creaciones más importantes El Reñidero y El gran deschave, fueron representadas en varios escenarios de la Argentina y también en Londres, Madrid, Nueva York, Caracas y otras ciudades.
Venezuela es uno de los países donde se destaca una gran labor en el teatro. La obra Los adolescentes (1961) es ganadora del Premio Ateneo de Caracas; también destacan Caín adolescente (1955), Réquiem para un eclipse (1957) y Sagrado y obsceno (1961), que constituyen todas ellas una crítica contundente a la realidad sociopolítica venezolana.






6. Cine de 1960

En lo que refiere a cine, el argentino tuvo gran auge después de la caída del peronismo ya que se produjeron una serie de películas de crítica abierta a este régimen, comenzando con la de Lucas Demare Después del silencio (1956). Durante este periodo aparecieron dos jóvenes realizadores: Leopoldo Torre Nilsson, hasta el momento el cineasta argentino de mayor prestigio internacional, que hizo La casa del ángel (1956), Fin de fiesta (1960), La mano en la trampa (1961) y Martín Fierro (1968); y Fernando Ayala, que dirigió Ayer fue primavera (1955), Los tallos amargos (1956) y El jefe (1958).
Ya en los años sesenta, la influencia de la nouvelle vague francesa en el cine argentino generó títulos como Alias Gardelito (1961), del actor Lautaro Murúa.
También en estos años y bajo la influencia de la nouvelle vague el actor Leonardo Flavio se lanzó a la dirección con Crónica de un niño solo (1964), El romance de Aniceto y Francisca (1967) y El dependiente (1968). Es entonces cuando se consolidó en el cine argentino una fuerte tendencia ideológica, que atrajo incluso producciones extranjeras, como Los inocentes (1962) o La boutique (1967), de los directores españoles Juan Antonio Bardem, y Luis García Berlanga, respectivamente, que se rodaron en Argentina por problemas con la censura franquista. En esta línea ideológica que aún hoy perdura destaca en 1968 la encuesta neoperonista de cuatro horas y media La hora de los hornos, de Fernando Solanas y Octavio Genio.








7. Radio Argentina de 1960

En la década de 1960, con la difusión masiva de la televisión, la radio se redefinió en sus funciones, horarios y públicos, orientándose más a la información y menos a los espectáculos dramáticos. La radio se establece sólidamente en el horario de la mañana.
Aparecen programas y shows radiales, como el Fontana Show, dirigido por Cacho Fontana, y sobre todo “Rapidísimo”, en 1967, conducido por Héctor Larrea, que marcaría el estándar del programa matutino para las dos siguientes décadas.
Durante la dictadura militar autodenominada Revolución Argentina (1966-1972) y la generalización de la censura, se hizo habitual en el público argentino informarse a través de Radio Colonia, ubicada en el Uruguay, volviéndose famoso su locutor Ariel Delgado y su eslogan acostumbrado: "hay más informaciones para este boletín".
Entre los programas musicales se destacó La Cabalgata Musical Gillette, la primera en emitir un tema de Los Beatles, a los que la radio denominaba entonces como el grupo "Los escarabajos". En la música folclórica se puso al aire en Argentinísima, dirigida por Julio Márbiz, que se mantendría varios años en el aires. En el deporte, apareció Carburando, conducido por Andrés Rouco y Lisandro González Longhi, y como relator de fútbol José María Muñoz.


8. Música de la década de 1960

Como todas las expresiones culturales la música de la década de 1960, constituyo una forma de manifestación que logro atravesar los limites de los países en que se originaba. The Beatles fue un grupo musical de la década de 1960 que revolucionó, no solamente el rock inglés sino la forma de hacer música en general. Sus composiciones se consideran entre la más notables de este género, en las cuales se encuentra gran riqueza melódica, letras de elevado contenido poético y simbólico y excelentes armonizaciones instrumentales y vocales. Además, de que posee el primer lugar en ventas de discos desde que se desarrolló la industria fonográfica, de acuerdo con el Libro Guinness de los récords. El cuarteto se formó en la ciudad de Liverpool, Inglaterra en 1957 y se disolvió en abril de 1970. Su extenso legado de notables composiciones e interpretaciones dentro del ámbito de la música pop rock revolucionó el panorama musical de la época y ejerció una influencia única, abarcando incluso los ámbitos sociales y culturales. The Beatles, el famoso cuarteto de Liverpool, nació de los suburbios y se mantuvo en la cumbre, incluso años después de su desaparición, gracias a la fabulosa capacidad de identificar un mundo -para entonces actual- y explorar todas las posibilidades musicales posibles, para crear una propuesta completamente adelantada a cada momento en que se encontraban. Desde el punto de vista estrictamente musical, la influencia de The Beatles perdura hasta nuestros días y algunos melómanos y entendidos de la crítica, consideran que será muy difícil que haya a mediano plazo una transformación tan profunda en la forma de hacer música de calidad.

9. Pop Art y otros movimientos


Establecido el expresionismo abstracto como estilo dominante, algunos artistas estadounidenses comenzaron a rebelarse contra su carácter rígido y teórico. De esta rebelión nació el denominado Pop Art. Los artistas pop adoptaron imágenes de los anuncios publicitarios de los medios de comunicación de masas, de las bandas de cómic, películas, objetos cotidianos y de la cultura popular. A pesar de que se considera un movimiento genuinamente estadounidense, tuvo su origen en Londres, en una exposición de Richard Hamilton y otros artistas y se extendió a lo largo de Latinoamérica.
La influencia del Pop Art puede detectarse en el hiperrealismo, que surge a finales de la década de 1960 con una temática basada en los anuncios de neón, cafeterías y lugares públicos urbanos y suburbanos. Estas obras se realizaban meticulosamente con ayuda de la técnica fotográfica, y de ahí su nombre inglés de “photorealism”. La pintura abstracta continuó su evolución tanto en Estados Unidos y Latinoamérica como en Europa. El Pop Art retomó el camino de las vanguardias racionalistas y dominó en el terreno de la abstracción a lo largo de las décadas de 1960 y 1970. En el Pop Art se emplearon diseños geométricos en blanco y negro o colores brillantes contrastados para crear ilusiones ópticas, con la posibilidad de que el espectador modifique la percepción de la obra con su propio movimiento. Otra tendencia abstraccionista fue el minimalismo, aparecido a partir de las austeras composiciones de Josef Albers. En este movimiento, que ganó popularidad a partir de 1965, las formas se reducían a las geometrías más sencillas como cubos, pirámides y prismas que se utilizaron repetitivamente, desde una interpretación extrema del principio de economía expresiva
En la década de 1970, aparecieron otras tendencias basadas en la ruptura con los soportes tradicionales, especialmente los cuadros de taller y las esculturas. El arte rompe así sus limitaciones convencionales y se manifiesta en la naturaleza, la ciudad, el cuerpo humano, el mundo cotidiano. El arte conceptual, por su parte, engloba múltiples realizaciones que tienen en común la supremacía de la idea del artista sobre la obra acabada.


10. Escultura y pintura latinoamericanas

La pintura y la escultura latinoamericanas del siglo XX se han caracterizado por un continuo diálogo entre lo figurativo y lo abstracto, lo nacional y lo internacional. En los últimos tiempos, el arte latinoamericano ha alcanzado una proyección internacional espectacular, como muestran los éxitos comerciales del mexicano Rufino Tamayo, el chileno Roberto Matta Echaurren o el colombiano Fernando Botero.




A partir de la investigación que realicé acerca del “boom de los años 60” y de los ámbitos y aspectos que profundice, puedo concluir en que el nombre asignado para la década de 1960, incluyendo alrededor de diez años antes y diez años después, no puede ser otro. El estallido en lo cultural y social, las modificaciones que se produjeron en el ámbito de la radio, la televisión, las revistas, el cine y el teatro, hasta en la forma de narrar, la música, la escultura y la pintura alcanzaron tal auge que marcaron una etapa dorada en la cultura latinoamericana, y adentrándonos en nuestro país se constituyeron en motivos suficientes para comprobar que Argentina fue y es capaz de mejorar su situación cultural, que los medios, las personas y el intelecto están, lo único que hace faltas es mirar mas allá de la realidad.
Bibliografia